“Deja, ya me quiero yo, que tú no sabes”
A veces siento
que lo mejor
habría sido soltarte algo como :
habría sido soltarte algo como :
“Deja, ya me
quiero yo, que tú no sabes”
justo antes del
BigBang de mentiras
con el que
decidiste que te reírías
de la “big”
historia que tuvimos una vez.
Big mentiras,
bang heridas.
Apáñatelas tu solita, bonita,
este tortazo es todo para ti.
Habría sido lo
mejor (según dicen)
o lo peor (según
creo)
porque yo lo que
veo
es que yo tampoco
habría sabido quererme...
Y puedes creerme
(o no) cuando te digo
que eso de verme
entre tus sábanas
gimiendo y
pidiendo que no pararas
a mí me hizo
bien de verdad...
Ahora, eso si,
después de
haberme roto
no me vendas la
moto
con eso de que
sabes de reparar(me)
Voy a recuperar el tiempo perdido con largos baños de espuma en los que mimar los rotos...
SEGUNDO ROTO...
SEGUNDO ROTO...
En clave de Sof o en clave de bah
Suena otra vez esa jodida canción en la radio...
“¡Si ya se había pasado de moda, joder!”
Y lo peor es que estando en el supermercado
lo de cambiar la canción enseguida no está al alcance de su mano.
“Nota mental: nunca más dejar que una canción exitosa te recuerde lo preciosa que estabas gimiendo en su cama antes de encontrarte a otra dama en ella con él. Nunca.”
Respira hondo y sigue avanzando por el pasillo de los congelados mientras trata de ignorar cómo aún, (después de unas noventa y tres veces el mismo disco llamándole cosas muy feas al que se lo cantó al oido todas y cada una de las noches más bonitas de su vida),se le sigue clavando dentro la puñetera musiquita que revuelve los recuerdos dejándolos por ahí tirados de nuevo.
Y es que esa gran mezcla de fuego y ternura que eran cuando eran algo no es un obstáculo fácil de esquivar cuando se está tan vulnerable.
Sofía sigue cruzando las piernas al pensar en esos juegos de seducción que se traían, para qué negarlo. Pero es a que a Fernando se le daba tan bien eso de hacerlo...
(hablando de follar y de joder a partes iguales como se ha visto con el tiempo)
...que ahora reir y llorar se le mezclan en el estómago
y a la hora de salir solo sale viento y lluvía por ese par de ojillos cansados de llorar.
¡Maldita canción y maldito Fernando! ¡MALDITA PASIÓN, malditos encantos!
Y hoy ¿En qué hora se le ocurrió echarle valor y salir a comprar si desde por la mañana el día estaba cuesta arriba?
Si no es por guardarle rencor por haber sido un traidor (porque las personas que nos cambian la vida así no pueden llamarse error se mire como se mire), pero es que esa canción les ha visto hacer el amor tantas veces que soportar como la desafina un señor mientras coloca los packs de leche de oferta debería de ser denunciable.
Sofía sigue recta, pero con la cabeza en esa guerra de sentimientos en la que el odio no termina de vencer al querer. Ya quisera poder borrar el historial de encantos y cambiarlo por un montón de mensajes con todos los llantos que le ha causado su recuerdo en este mes.
Se le empañan los ojos de pensarlo, y aunque cada vez son menos las noches que pasa pensando en su historia con Fernando, sigue sufriendo un insomnio que tiene nombre, apellidos y un culo de primera.
Una cajera se une al señor reponedor de leche y ,en un poco afortunado dueto, arremeten contra el corazón de Sofía que procura mantener la cabeza fría mientras busca entre los congelados algo que coger.
Ya no puede ni comprar guisantes tranquila, y eso es así.Y encima odiar a quien te ha hecho feliz durante tanto tiempo requiere un esfuerzo que no se puede permitir desde que llora más de lo que come.
La canción sigue a lo suyo, pero Sofía se repone y se dirige a la cola para pagar la triste cena que cada día prepara antes de dormir.
Es fuerte, logrará salir y al final uno debe quedarse con lo bueno de lo vivido. Cada “Sof,dame otro beso”- medio dormido vale mucho más de lo que parece.
Será que . . . ¿en esto se convierte el despecho?, es mas bonito .
ResponderEliminarel despecho es propio o te lo prestaron?
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